Te conocí un día como cualquier otro, comenzamos a hablar siempre, a todas horas.
Cuando menos lo imaginé ya te pensaba a diario, solo esperaba que cayera la noche para entrar en esas conversaciones que solamente se dan en la madrugada, cuando menos lo pensé ya estaba escribiendo tu nombre en todos lados, ni siquiera lo vi venir, solo comencé a sentir que el corazón se aceleraba más y más cada que estaba contigo o pensaba en ti, todo pasó tan rápido, en verdad no me lo esperaba, pero no cabe duda de que conocerte fue lo mejor que me pudo haber pasado.
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