Higos: la fruta energética, saludable y rica en nutrientes Los higos, conocidos por su dulzura única y su textura suave, se han disfrutado durante siglos como un bocadillo delicioso y un alimento curativo. Esta fruta rica en nutrientes está repleta de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que contribuyen a la salud general. Ya sea que se consuman frescos o secos, los higos no solo son sabrosos, sino que también ofrecen una variedad de beneficios para el corazón, la digestión y más.

En este artículo, exploraremos por qué los higos se consideran una fruta energética, saludable y rica en nutrientes y cómo pueden mejorar su dieta y bienestar.
1. Fuente rica de nutrientes

Los higos son una fuente inagotable de nutrientes esenciales, lo que los convierte en una valiosa adición a cualquier dieta. Proporcionan una buena cantidad de: Vitaminas: los higos son ricos en vitaminas A, B1, B2 y K, que favorecen la salud de la piel, la producción de energía y la coagulación sanguínea.

Minerales: Los higos son una buena fuente de calcio, potasio, magnesio, cobre y hierro, todos ellos cruciales para mantener la salud de los huesos, la función nerviosa y el transporte de oxígeno en el cuerpo.
Antioxidantes: Los higos están cargados de polifenoles, flavonoides y antocianinas, que protegen las células del estrés oxidativo y la inflamación.
Perfil nutricional de los higos (por cada 100 g de higos frescos): Calorías: 74 Fibra: 3 g Potasio: 7 % de la ingesta diaria recomendada (IDR) Calcio: 5 % de la IDR Vitamina K: 6 % de la IDR 2. Favorece la salud del corazón Los higos desempeñan un papel importante en la promoción de la salud del corazón. Tienen un alto contenido de potasio, un mineral que ayuda a regular la presión arterial contrarrestando los efectos del sodio en el cuerpo. Al mantener niveles saludables de presión arterial, los higos pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

Además, el contenido de fibra de los higos ayuda a reducir los niveles de colesterol al unirse a las partículas de colesterol en el sistema digestivo y sacarlas del cuerpo. Esto evita que el colesterol se absorba en el torrente sanguíneo, reduciendo aún más el riesgo de enfermedades cardíacas.