Que triste cuando quieres desahogarte con algún familiar, un amigo, a veces hasta con tu pareja y en vez de recibir un consejo o apoyó terminan haciéndote sentir que exageras tu situación o que tienes la culpa de lo que te pasa. Automáticamente se te quitan las ganas de volver a contarles tus problemas por miedo a qué vuelvan a juzgarte.
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