Causas de las aftas bucales
Las causas exactas de las aftas bucales no se conocen con certeza, pero se cree que pueden ser el resultado de varios factores, como:
- Trauma bucal, como morderse la lengua o los labios.
- Infecciones virales o bacterianas.
- Cambios hormonales, especialmente en mujeres.
- Estrés y ansiedad.
- Deficiencias nutricionales, como la falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico.
- Alergias alimentarias.
Síntomas de las aftas bucales
Los síntomas de las aftas bucales pueden variar según el tamaño y la ubicación de la lesión, pero los más comunes incluyen:
- Dolor en la zona afectada.
- Sensibilidad al calor o al frío.
- Dificultad para hablar, comer o beber.
- Inflamación y enrojecimiento de la zona afectada.
- Sensación de ardor o picazón.
Tipos de aftas bucales
Existen tres tipos de aftas bucales, que se diferencian en su tamaño, ubicación y gravedad de los síntomas:
- Aftas menores: Son el tipo más común de aftas bucales y suelen medir menos de un centímetro de diámetro. Se encuentran en la mucosa bucal y suelen ser dolorosas pero no representan un riesgo para la salud. Las aftas menores tienden a desaparecer en un plazo de 7 a 14 días.
- Aftas mayores: Son menos comunes que las aftas menores y suelen ser más grandes, con un diámetro de más de un centímetro. Se localizan en la parte posterior de la boca y pueden ser muy dolorosas, lo que dificulta hablar, comer y beber. Las aftas mayores pueden tardar semanas en curarse y pueden dejar cicatrices.
- Estomatitis aftosa recurrente: Es un tipo de afta bucal que se caracteriza por la aparición de múltiples lesiones en la boca. Pueden ser pequeñas o grandes y se localizan en diferentes partes de la boca, como la lengua, el paladar o las encías. La estomatitis aftosa recurrente puede ser muy dolorosa y afectar la calidad de vida de las personas que la padecen.
Tratamiento de las aftas bucales
El tratamiento de las aftas bucales depende de la causa y la gravedad de la lesión. Algunas medidas que se pueden tomar para aliviar el dolor y acelerar la curación incluyen:
- Enjuague bucal con soluciones antisépticas o antiinflamatorias.
- Uso de analgésicos para aliviar el dolor.
- Aplicación de cremas o geles tópicos que contienen ingredientes antiinflamatorios o anestésicos.
- Evitar alimentos picantes o ácidos que puedan irritar la zona afectada.
- Asegurarse de mantener una buena higiene bucal.
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