Los tomates son una de las bases más versátiles en la cocina. Su sabor, textura y propiedades nutricionales los hacen imprescindibles en muchas recetas. Sin embargo, cuando se compran fuera de temporada o en grandes cantidades, suelen perder su frescura rápidamente.
Afortunadamente, existe una técnica de conservación que no solo mantiene su sabor, sino que incluso lo potencia: congelarlos de la manera correcta.
En este artículo te enseñamos cómo hacerlo paso a paso, y además te compartimos un método adicional para conservarlos en frascos, ideal para disfrutar tomates sabrosos todo el año.
Cómo congelar tomates correctamente
El método que proponemos es simple, económico y eficaz. Solo necesitas tomates maduros, una bolsa hermética para el congelador, un recipiente con agua hirviendo, y más tarde, una sartén, aceite de oliva y ajo.
Paso a paso:
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Corte inicial: Lava bien los tomates y córtalos en mitades o cuartos, según el tamaño.
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Congelado: Coloca los trozos de tomate en una bolsa hermética apta para freezer. Sella bien y llévalos al congelador.
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Preparación para pelarlos: Cuando los quieras utilizar, colócalos en un recipiente y vierte agua hirviendo sobre ellos.
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Reposo: Déjalos reposar durante 30 minutos. Luego, haz 2 cortes en cada tomate. La piel se desprenderá fácilmente.
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Cocción básica: En una sartén, añade un diente de ajo y un chorro de aceite de oliva extra virgen. Coloca los tomates pelados y cocina a fuego lento durante 10 minutos. Tendrás una base deliciosa para salsas, guisos o sopas.
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Otra forma de conservar tomates: en frascos
Si prefieres conservar los tomates frescos sin congelar, existe una alternativa muy práctica y tradicional: envasarlos en frascos con aceite de oliva y albahaca.
Procedimiento:
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Preparación: Lava los tomates y haz un corte superficial en cada uno.
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Frascos: Colócalos en frascos limpios y esterilizados. Agrega hojas de albahaca fresca y cubre con aceite de oliva extra virgen.
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Conservación al baño maría: Lleva los frascos cerrados a una olla con agua. Hierve durante aproximadamente 40 minutos. Este proceso crea un vacío que conserva los tomates por meses.
Consejos adicionales:
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Elige tomates maduros pero firmes para que conserven mejor su textura y sabor durante la cocción.
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No agregues sal antes del proceso de cocción, ya que puede afectar la textura de los tomates congelados.
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Etiqueta las bolsas y los frascos con la fecha de preparación para controlar mejor la conservación.
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El aceite de oliva extra virgen y la albahaca no solo ayudan a conservar, sino que también aportan un sabor gourmet natural.
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Evita usar frascos con tapas dañadas o oxidadas, ya que pueden comprometer el sellado.
Con estos métodos, no solo prolongas la vida útil de tus tomates, sino que también logras conservar y realzar su sabor natural. ¡Ya sea que elijas congelarlos o guardarlos en frascos, tendrás siempre a mano una base deliciosa y saludable para tus comidas!
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