Tarta deliciosa de pocos ingredientes que se deshace en la boca ¡receta de la abuela polaca!

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La magia de las recetas tradicionales reside en su capacidad para contarnos historias sin palabras, para transportarnos a tiempos y lugares lejanos con solo un bocado. Las tradiciones culinarias son legados que pasan de mano en mano, de generación en generación, convirtiéndose en verdaderos tesoros familiares.

Esta tarta, inspirada en la ancestral gastronomía polaca, no es la excepción. Su historia se funde en cada capa y en cada sabor, remontándonos a las cálidas cocinas de las abuelas polacas, donde las manos expertas combinaban ingredientes con amor y dedicación.

 
 

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Es una receta que ha viajado a través del tiempo, evolucionando, pero conservando su esencia y su capacidad para evocar recuerdos y emociones. Ahora, te invito a descubrir esta joya de la pastelería tradicional y a ser parte de su rica historia.

Ingredientes

Masa:

  • 200g de harina
  • 100 ml de leche
  • 100 ml de agua
  • 100 g de manteca
  • Levadura en polvo al gusto
  • Una pizca de sal
  • 4 huevos

Crema:

  • 2 huevos
  • 180 g de azúcar
  • 100 g de harina
  • 500 ml de leche
  • 200 g de manteca

Preparación

    1. En una olla, calienta la leche, el agua y la manteca hasta derretir. Retira y añade poco a poco la harina mezclada con la levadura y sal, revolviendo constantemente. Una vez integrado, incorpora los huevos uno a uno, mezclando bien tras cada adición.
    2. Divide la masa en dos partes iguales. Estira cada porción formando dos rectángulos del mismo tamaño y colócalos en dos bandejas previamente engrasadas o con papel manteca. Hornea en un horno precalentado a 180°C hasta que estén doradas.
    3. Para la crema, en un bol combina los huevos, azúcar y harina. Calienta la leche en una olla sin llegar a hervir. Añade gradualmente la leche caliente a la mezcla de huevos, removiendo constantemente. Vuelve al fuego, remueve hasta espesar. Al apagar, incorpora la manteca en trozos, mezclando hasta obtener una crema homogénea.
    4. Una vez cocidas las masas y enfriadas, coloca una de las capas de masa en un plato. Vierte la crema encima y cubre con la otra capa de masa, presionando suavemente.

El resultado es una tarta exquisita que combina la textura aireada de la masa con la suavidad cremosa del relleno. Una verdadera delicia que trasciende fronteras y une generaciones. Al servirla, cada bocado se convierte en un viaje de sabor y tradición. ¡A disfrutar!

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