ORACIÓN PARA EL SÁBADO DE GLORIA

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El Sábado Santo o Sábado de Gloria, es un día de luto y de silencio, sin ningún rito oficial.
Se conmemora la Soledad de María, que después de sepultar el cuerpo muerto de Cristo, queda en soledad recordando los tormentos padecidos por su Hijo.
Imagen de Nuestra Señora de la Soledad (Gaspar Becerra. 1565), que se encontraba en el desaparecido convento de Nuestra Señora de la Victoria de Madrid.
Imagen de Nuestra Señora de la Soledad
Una vez ha anochecido, tiene lugar la principal celebración cristiana del año: la Vigilia Pascual.
La promesa de una nueva vida es celebrada con bautismos.
En la noche de La Vigilia Pascual nuevos miembros de la familia cristiana son bautizados y reciben una bata blanca que simboliza una nueva vida en Cristo.

 

ORACIÓN PARA EL SÁBADO DE GLORIA

 

Sábado Santo: oración de la vigilia Pascual

Mi Señor resucitado, al comenzar este día quiero darte gracias por tu gran misterio de amor y te suplico que me regales un poco de la fuerza de tu Espíritu y lléname de la alegría de tu presencia.

Quiero vivir alegre celebrando el día de tu triunfo glorioso sobre las tinieblas. El día en que destruiste la muerte, fueron rotas todas las ataduras y la luz emergió victoriosa entre las penumbras.

Dame la valentía y la fuerza necesaria para aceptar tu voluntad y poder ser así un verdadero testigo de tu amor y de tu resurrección, comunicando al mundo que la oscuridad y la muerte han sido vencidas en ti.

Aquellas lágrimas derramadas a los pies de tu cruz, hoy se convierten en gozo. Tu historia de salvación se hizo eterna. Nos has abierto las puertas del Cielo con esta perfecta obra de amor de la que me hiciste parte.

Puedo decir con entera satisfacción que no he amado a una persona muerta, sino que sigo amando a un corazón vivo y que sigue derramando su misericordia y perdón a todos los que quieran volver sus rostros a ti.

 

Oh Señor, no permitas que la llama de la fe y el poder de tu cruz se disminuya en mí y termine apagándose, por el contrario, ayúdame a mantenerla viva con la esperanza puesta en tu amor.

Tú eres mi refugio y consuelo, por eso, sabiéndote vivo y presente, recurro al poder reconciliador de tu amistad para que repongas mis fuerzas.

 

Ayuda ahora a mi corazón a que salga de la oscuridad de sus vicios y resucite a una nueva vida haciéndote mi Señor, mi Rey y mi Salvador.

Amén.

 

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