Por la noche tu espíritu es más vulnerable. A pesar de que dormir es necesario para el descanso del ser, también queda expuesto a toda clase de energía nociva. Por fortuna, existe una oración de la noche al Ángel de la Guarda.
Sin importar tu edad o madurez espiritual, tu ángel de la guarda te acompañará hasta la extinción de tu vida. Fue esa la misión que le dejó Dios: protegerte y guiarte incluso aunque no seas consciente de ello. Invocarlo por la noche te asegurará un reposo profundo y tranquilo.
Recuerda que las entidades oscuras se aprovechan de las situaciones más sensibles para acceder a ti. La inconsciencia del sueño e inclusive los procesos de crisis son potencialmente atractivos para el ataque de estas energías. Por eso es tan importante que hagas tu oración de la noche al Ángel de la Guarda.
CÓMO HACER LA ORACIÓN DE LA NOCHE AL ÁNGEL DE LA GUARDA
Tu ángel de la guarda es tan rápido como la potencia de tu fe y voluntad. Llegar a tu lado para custodiarte no dependerá de su poder sino de tu certeza de que eso realmente sucederá. Es esa la razón por la que a cada oración de la noche al Ángel de la Guarda debes entregarle toda la esperanza de tu ser.
No importa que cada noche repitas las mismas palabras. Lo realmente relevante es que cada vez que las pronuncies te conmuevan como la primera vez. Siéntelas verdaderamente y visualiza cada noche a tu ángel de la guarda postrado a un lado de tu cama, defendiéndote de toda oscuridad.
ORACIÓN DE LA NOCHE AL ÁNGEL DE LA GUARDA
Ángel de mi guarda dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día.
Dios te salve, ángel de Dios, espíritu puro y bienaventurado, en quien resplandecen,
además, otros singulares dotes con que te ha enriquecido y adornado la magnificencia del todopoderoso.
Ángel de mi guarda dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día.
Cuando mi alma salga de esta triste vida que los ángeles del cielo sean mi compañía.
Santísima cruz en que mi Dios murió, a la hora de mi suerte te convido yo.
Ángel de mi guarda dulce compañía no me desampares ni de noche ni de día, guárdame esta noche, y en mis sueños se mi guía.
Escúchame, señor tu santísima bendición.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
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