Preparar polos caseros es uno de los pasatiempos culinarios más sencillos que podemos hacer en verano, y son elaboraciones perfectas para hacer con niños. Esta receta, de hecho, la hemos adaptado de una web suiza dedicada a los más pequeños, que además puede animarles a comer más fruta sustituyendo los helados comerciales por una versión baja en azúcares y cargada de vitaminas.
Con estas cantidades salen, aproximadamente, entre seis y ocho unidades, según el tamaño de los moldes. En la receta original utilizan como endulzante, en pequeñas cantidades, sirope de arroz, que en nuestro caso hemos reducido aún más y sustituido por sirope de ágave. Se puede usar otro sirope vegetal, como el de dátil, un poco de azúcar, azúcar invertido o edulcorante, o no añadir nada si no nos importa el toque ácido de las frambuesas.
Lavar y secar con suavidad las frambuesas y los melocotones. Machacar las frambuesas en un cuenco con un tenedor añadiendo 10 ml de sirope, hasta dejar una textura como de compota. Reservar.
Pelar los melocotones, trocear (para obtener unos 180 g de pulpa, aproximadamente) y triturar con ayuda de una batidora o similar, añadiendo 10 ml de sirope. Mezclar aparte el yogur con los 10 ml de sirope restante y la vainilla, hasta dejarlo bien cremoso.
Llenar los moldes de polo elegido alternando cucharadas de las tres mezclas al gusto. Terminar colocando un palito o el accesorio que venga con los moldes, y congelar en vertical hasta que estén solidificados, unas dos o tres horas.
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