Algún día conocerás una buena persona y te darás cuenta que siempre has elegido mal, que el amor no era el chico guapo de la universidad, o el tipo musculoso de la cuadra por el que tanto babeabas, te darás cuenta que el amor no viene en un cuerpo esbelto o bonito, no viene en un carro deportivo o en una camisa de marca.
Hasta entonces te darás cuenta que el amor no se ve con los ojos, ni se vende ni se compra, lo sabrás cuando ya no quieras conocer a nadie más, la verás con la mente y con el alma.
Lo sabrás cuando esa persona te dé lo que nadie más pudo darte, paz, tranquilidad y mucho amor propio, que aún pudiendo estar en cualquier otro lugar del mundo, la preferirás a ella siempre, aunque de la cocina no salgan y te gustará tanto que ahí te quedarás a vivir.
Y entonces te darás cuenta que el amor actúa de manera misteriosa.
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