Señor de los ejércitos, Padre misericordioso y Protector de la humanidad, te ruego hoy por tu seguridad y protección. Conociendo Tu promesa de mantenernos a salvo, creo y confío en que mi familia y yo mismo estamos a salvo en Tus brazos protectores.
En Tu Palabra, Tú nos adviertes que el enemigo viene a matar, robar y destruir. Por mi cuenta, soy impotente contra tal maldad, pero a través de Ti soy un conquistador.
Prometiste que todo lo que atemos en la tierra, será atado en el cielo. Por lo tanto, ato todas las trampas que el diablo ha puesto en mi camino. Todo el daño que él ha conjurado, yo lo hago caer, en el poderoso nombre de Jesús.
En cuanto a las malas intenciones, Te pido que las alejes de mi oído, vista, sentimiento, pensamiento, tacto y sentido.
Señor, ayúdanos a ser conscientes de los pensamientos equivocados que entran en nuestras mentes.
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