Nunca he escuchado una mujer quejándose o diciendo que engañó a su esposo, porque él ya no se cuida, engordó, tiene panza, y rara vez se baña, o rara vez usa perfume, que por que siempre anda en short y en sandalias, por que eructaba y se tiraba pedos por la casa, siempre con la barba mal afeitada, de mal humor y sin prestarle atención.
Pero si he escuchado hombres que se quejan de la apariencia de la mujer después de casarse y tener hijos y lo más triste es que ninguno ve los sacrificios que su esposa hace por la familia, Puedo contar con los dedos de la mano y me sobran dedos para contar los hombres que valoran el gran trabajo que hace su esposa.
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