Todos en algún momento de nuestra vidas hemos llegado a perder a un ser amado. Cuando pasa, nuestras emociones y sentimientos se ven absolutamente comprometidos, lidiar con ello es sorprendentemente duro y difícil, pero con el pasar del tiempo sanamos y caemos en lo que muchos llamamos “aceptación”. Y es que al darnos cuenta que no volveremos a ver a esa persona no podemos evitar ajustar nuestras mentes a nuestra nueva realidad. Sin embargo, aprender a vivir sin ese ser tan especial no significa que le dejamos amar.
Ese ser amado siempre será parte de nosotros
¿Llegaste a ver ‘Coco’? Hablamos de una de las últimas animaciones de Disney. Esta película a millones hizo llorar, reír y aprender un poco más de cómo en lugares como México ven a la muerte. En la película, vemos que quienes están en el mundo de los muertos, anhelan ser siempre recordados pues según la creencia, cuando una persona fallece en este mundo, no muere totalmente, sino que sigue viviendo en otro plano mientras se le recuerde. Solo cuando no haya quien lo haga es cuando esta alma desaparece eternamente.
La cinta con toda esa magia de Disney, nos intenta cautivar y lo logra. Estamos seguros que muchos aprovecharon ciertos momentos de la película para recordar a un ser amado que perdieron. Pero la realidad va un poco más allá de esta animación. Cuando pierdes a un ser amado este no ve por completo, solo adquiere una nueva forma en la que puede estar contigo a donde quiera que vas. Claro que ya nada es lo mismo, la posibilidad de hablarse, mirarse y abrazarse no existe más y esto es lo que verdaderamente extrañamos pero sin duda, nuestras almas siempre estarán entrelazadas y queda solo la fe de que algún día nos volveremos a encontrar.
Y ¿mientras tanto?
Es posible que muchos tengan temor de olvidar a esta persona con el paso del tiempo. Sin duda esto es algo muy posible cuando pierdes a alguien en plena infancia. Pero fuera de estos casos, puedes estar tranquilo de que nunca le vas a olvidar.
Pasará, que poco a poco comenzarás a vivir una vida diferente, aprenderás a prescindir de sus abrazos, palabras y miradas. Tu rutina será otra, muy posiblemente seguirás amando a otras personas, y sí, puede pasar que con el paso de los años cada vez pienses menos en ese ser a quien perdiste. Pero no es algo malo, solo has aprendido a vivir sin su presencia física. No importa lo que pase, si amaste de verdad a esa persona, siempre estará en tu interior.
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